PENSAMIENTOS Y REFLEXIONES


El artículo 31.1 de la Constitución dice:
"Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad que, en ningún caso, tendrá alcance confiscatorio."


Obviamente los funcionarios no son "todos" y obviamente, y si sólo se priva a una parte de la población de su renta para sostener gastos públicos, estamos hablando de confiscación
 
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Medidas ante los recortes en educación
Hola, soy un profesor del IES Miguel Romero Esteo. Acabo de venir de la Asamblea de profesores que se ha celebrado en el Gaona.
Se han dicho muchas cosas y propuestos diversas medidas. Con respecto a las medidas, considero que deben tener tres requisitos para que tengan éxito: que sean realizables, eficientes y mayoritarias.
* Realizables . Significa que no supongan coste importante para el colectivo. Por tanto, debemos desechar medidas como la huelga (90 € diarios no lo soporta mucha gente) ; sentadas en la calle (medida minoritaria).
Eficientes. Es decir, que hagan daño a los culpables directos e indirectos de los recortes: el MEC y la Consejería de Educación. ¿Qué le perjudica a la Consejería?  PENSAR    Sus Proyectos (Calidad, Bilingüismo, .......) , su información (datos que se aportan al Séneca)   Que los problemas internos de los Centros salgan a la luz .
Propongo trabajar para que en septiembre las Asambleas de los Centros y las Generales. Salgan propuestas realizables que perjudique a la imagen y funcionamientos cotidiano de la Consejería.
¿Cuáles?   
  •  Salirse del maldito Plan de Calidad los Institutos que hayan caído en él. No entrar los que aún no estamos (si es que vuelven a proponerlo)
  • No colaborar en el plan del bilingüismo. Nada de matricularse en la escuela de idiomas los que lo están haciéndolo.Lo que hay que hacer es dar bien la asignatura de inglés, lo otro es pura fachada. 
  • No realizar curso del CEP 
  • No pasar datos al Séneca, solo los que nos benefician (partes disciplinarios de los alumnos)
Mayoritarias.  Obviamente para tener fuerza, deben ser adoptadas por la mayoría del profesorado. Porque, en caso contrario, tendrán poca fuerza y sufrir represalias.
  
Medidas testimoniales no tienen sentido. Además desgastan y queman. La imaginación al poder.
Esperemos que llegue septiembre con ánimos y ganas de hacer frente a los recortes.

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La tijera andaluza ya ha llegado, los más perjudicados los profesores no universitarios
Se ha publicado hoy un decreto andaluz que recorta el sueldo a los empleados públicos y funcionarios andaluces. El profesorado no universitario de Andalucía es el colectivo más perjudicado. Es más, si eres profesor andaluz, te recomiendo que no sigas leyendo el post porque te aseguro que te voy a amargar el fin de semana. 

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Os dejamos una entrevista realizada por alumnos del  I.E.S.  Al-Baytar de Arroyo de la Miel a profesores del mismo sobre los recortes en Educación.





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INDECENTES...

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NO AL 3’9 % del PIB para Educación en 2015.

(Unas pre-posiciones, unas reflexiones y unas propuestas ante la inminencia de las vacaciones de verano y la posibilidad de que las medidas efectivas de recortes no se sustancien hasta que no estén las actas firmadas y los alumnos en sus casas).
“No al 3’9 % de inversión del PIB en educación como meta asumida por los gobernantes centrales y autonómicos para el 2015” es uno de los lemas informadores de esta iniciativa integrada en la plataforma de profesores del IES Ibn al-Baytar constituidos en asamblea permanente.
Las iniciativas que estamos desarrollando desde la Asamblea Permanente del IES Ibn al-Baytar, en el sentido de integrar distintas propuestas de otros Centros y otras plataformas de actuación en nuestra área de influencia —integración que se ha visto potenciada por el efecto de las Redesd Sociales—, está abierta a cuantas propuestas o sugerencias puedan hacerse en el sentido de promover y conseguir la meta de la eliminación de esa propuesta en los planes de actuación de gestores públicos, partidos políticos y sindicatos. Y de convertirla en una reclamación de conseguir más de 5,9 del PIB a invertir en Educación en España y sus CCAA en la misma fecha. Dicho sea de paso el 3’9% de su PIB era lo que invertía Bulgaria en Educación en 2007; y al siguiente año pasó a 4,4; o lo que invertía Colombia en 2008, pero actualmente invierte un 4,9. ¿Finlandia? siempre más del 6% (desde 2008), como todos los países nórdicos. Dinamarca casi llega actualmente al 8%. La denostada Cuba se sitúa actualmente en torno al 14%. La República de Moldava, en su empeño por crecer y ponerse a la altura económica de los países de la UE pasa del 8,3 % del PIB en Educación (2007) al 9,1 del 2011. Son datos del Banco Mundial.
Es una verdad universalmente asumida y no contestada por ningún medio institucional o cercano a la gestión de recursos públicos o privados que la inversión en Educación, complementada por las inversiones en I+D+i, es la primera condición para el progreso material y espiritual (o cultural) de las sociedades. Constituye también una evidencia, asumida por los poderes públicos ya que se basa en estudios ejecutados por instituciones del máximo prestigio y operatividad (OCDE, UNESCO, Banco Mundial, Comisión Europea, INTERMON-OXFAM, y otras) que aquellos países que invierten más —y, añadimos, que invierten mejor— en Educación son aquellos en los que el progreso material y cultural se mantiene de una forma más constante y efectiva.
No puede entenderse entonces cómo es posible que pretenda salirse de una situación de crisis económica y de depresión económica y social, sea cual sea su naturaleza (esta es financiera, y remite un déficit ocasionado por el malhacer y la incompetencia de los gestores privados y públicos de los recursos dinerarios mundiales como causa eminente) disminuyendo en inversiones directamente relacionables con el desarrollo y el mantenimiento de actividades que resultan indispensables para poder remontar la misma, o que establecerían las bases para que este remonte se iniciara cuanto antes. Menos aún cuando los estudios realizados por organismos internacionales, como los publicados por el Banco Mundial o la OCDE (Informe PISA) no están alertando sobre una situación de nuestro sistema educativo en cuanto a sus resultados que no apuntan precisamente hacia un óptimo, sino todo lo contrario. España sigue estando por debajo de la media de los países europeos y de la OCDE; en cuanto a la posición de Andalucía, su situación es aún más preocupante: somos la penúltima comunidad autónoma en España en cuanto a los resultados obtenidos en compresión lectora, en competencia matemática y en competencia científica en el último informe-PISA (2009).
Aunque nunca faltan los expertos en darle la vuelta a estos resultados, entre los cuales podríamos destacar los que, al más puro estilo Wert, afirman que no tiene nada que ver el aumento o la disminución del gasto público en Educación con los mejores o peores resultados obtenidos en estos estudios, que son objetivos y técnicamente impecables; y aunque se está intentando contrarrestar el efecto desmoralizador de los mismos con la exhibición de los algo mejores resultados de unas pruebas internas de diagnóstico que están provocando el sonrojo de los profesores que han de corregirlas por el grado de simplicidad de las cuestiones que se le plantean a los examinandos (alumnos de 2º), la percepción de la calidad del sistema educativo español y de las CCAA, por sus efectos, es decididamente negativa, dentro y fuera de España. Y este resultado se debe al hecho incontrovertible de que se invierte poco y de que lo que se invierte se invierte mal y sin un control efectivo y del cómo y del ‘en qué’ se gasta lo que se presupuesta (un ejemplo eminente: la parte del presupuesto dedicada a pagar los servicios de empresas u organismos privados como AENOR, que no hacen sino molestar y ocasionar disfunciones y malestar en los Centros que las padecen, además de introducir en la gestión de los mismos una serie de conceptos como los de ‘homogeneización’, ‘calibración de procesos’, ‘satisfacción’, ‘éxito’, y otros similares que sólo se justificarían en un contexto de mercado y competencia, y que son además contrarias al espíritu socialmente progresista e integrador que inspiran algunas de las normativas o preceptivas vigentes en Educación en España y sus CCAA, como los de la atención a la diversidad, la autonomía pedagógica y organizativa de los centros, o la justificación social de la actividad educativa en un sentido de promoción de los sujetos a los que esta actividad va dirigida).
Definitivamente, se gasta poco y se gasta mal. En España y en Andalucía. Son necesarias más inversiones y controles eficaces sobre el gasto. La constitución de un cuerpo de técnicos e inspectores al que se acceda demostrando conocimientos y un potencial en el ámbito de la gestión de recursos humanos resultaría en este sentido una condición indispensable: el actual cuerpo de inspectores es un colectivo que se regula por las leyes no escritas del clientelismo y soporta un grado importante de incompetencia y de corrupción. Son necesarias disposiciones legales que garanticen que los Centros sean gobernados por equipos competentes que representen a los sujetos interesados en el hecho educacional en cada uno de ellos (el Decreto para la regulación de los Reglamentos de Organización y Funcionamiento de los Centros públicos de Enseñanza de Andalucía, promulgado en julio de 2010 con la oposición manifiesta del profesorado y de distintos medios profesionales y sindicales, no solo no garantiza esta condición, sino que en muchos casos la imposibita). Es necesario fomentar una educación para el ejercicio de los derechos de una ciudadanía prodemocrática a unos niveles más ‘altos’ que aquellos en los que se encuentran los alumnos: muchos gestores del negocio educacional, tanto en la enseñanza pública como en la privada, manejan un concepto de la ciudadanía mucho menos íntegro que el que ya han asumido una buena parte de nuestros alumnos.
Nada de esto parece que esté en vías de conseguirse. La disminución prevista y a punto de ejecutarse en inversiones para Educación y el mantenimiento de las actuales estructuras organizativas y de gestión no nos hacen concebir muchas esperanzas en el sentido de que pueda darse y mantenerse un progreso en Educación. Más bien nos hacen temer lo contrario. De ahí que nuestro compromiso en la actuación frente a este estado de cosas no se concrete solamente en iniciativas y propuestas cercanas a estas fechas, como la huelga de 22 de mayo, sino que se postule como permanente.
Es necesaria una labor permanente de información y de concienciación a todos los niveles y que implique a todos los sujetos materialmente interesados en el hecho de la Educación: personal de Administración y Servicios (funcionarios y personal laboral), Asociaciones de Padres, padres como sujetos autónomos, Asociaciones y/o sindicatos de Alumnos; alumnos como sujetos autónomos, profesores (sindicados o autónomos), compañeros con cargos en equipos directivos, personal de los CEP… Ninguno de estos sujetos debe creerse ajeno a esta problemática. Ninguno lo está de hecho.
Es necesario proponer y sacar adelante medidas de OPOSICIÓN FUERTE a este lamentable estado de cosas. Antes, durante y después del verano-2012 (antes y después de la inminente aprobación de los decretos y disposiciones 'recortadores'). En eso estamos. Los profesores integrados en la Asamblea Permanente del IES Ibn al-Baytar os animamos desde estas páginas a constituir vuestras asambleas permanentes en vuestros Centros y a no dejar de comunicar vuestros logros e iniciativas. Nuestra Asamblea Permanente, las que se están constituyendo y seguirán constituyéndose en otros Centros, esta página-blog, y tantas otras iniciativas y recursos tienen esa función destacada. Y han de seguir activas durante y después del verano, preparando el otoño y/o el inicio de las clases.
No nos dejemos abatir por las estrategias estivales de estos pésimos y antisociales gestores; no nos desinflemos por efecto de las vacaciones. Sigamos pensando estrategias, redactando propuestas, constituyendo plataformas y asambleas, comprometiendo o invitando a apoyarnos al personal de los equipos directivos de los centros que son afines a estas justas demandas que planteamos (No al 3’9 % del PIB para Educación en 2015, sí al 5’9 y más). El horizonte de nuestras acciones no debemos situarlo en mañana o pasado mañana, sino desde hoy, o desde la fecha señera del 22 de mayo, que a tanta gente movilizó, y hacia el 2015, pasando, como una primera estación importante, por el inicio del siguiente curso.
Asamblea Permanente del IES Ibn al Baytar.
08/06/2012.

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NO HAY MOTIVOS PARA RELAJARNOS (AUNQUE SE HAYA APLAZADO LA APROBACIÓN DEL DECRETO ‘RECORTADOR’ EN ANDALUCÍA).

Aunque hay una esperanza de que las autoridades de nuestra CA reconsideren su propuesta de reducir en un 5% los salarios a los empleados públicos que dependen de la Junta de Andalucía, y aunque también existe la expectativa de que, una vez aprobada esta medida (si se aprueba), no se sustancie en una bajada de los salarios de los profesores de … primaria o de secundaria (el pasado jueves se daba por cierto que la bajada salarial no afectaría a los profesores universitarios), lo cierto es que lo que el viernes pasado nos pudo sonar a una victoria de las movilizaciones habidas antes, durante y después del día 22 de mayo, no fue más que un aplazamiento del anunciado y no desechado Plan de Ajuste. De hecho este Plan y el Decreto que lo ejecutará en Andalucía, que prevé la reducción de 2.800 millones de $ de gasto público (777 millones se obtendrían con la reducción salarial anunciada) sigue adelante en su proceso de pre-tramitación. Lo que sucedió el viernes pasado fue simplemente que los sindicatos representados en la mesa de la Función Pública (este trámite es obligado hacerlo cuando se pretenden aprobar medidas como estas), tras anunciar su no disposición a tolerar un ‘aprobado exprés’ a este Plan consiguieron de los representantes institucionales de la Junta en esta Mesa un aplazamiento de unos quince días con la intención de debatir las medidas a tomar.

No obstante ni el Real Decreto-ley 12/2012, de 30 de marzo, por el que se introducen diversas medidas tributarias y administrativas dirigidas a la reducción del déficit público; ni el Real Decreto-ley 14/2012, de 20 de abril, de medidas urgentes de racionalización del gasto público en el ámbito educativo, ni el Real Decreto-ley 20/2011, de 30 de diciembre, de medidas urgentes en materia presupuestaria, tributaria y financiera para la corrección del déficit público han dejado de tener vigencia y de pesar como sendas losas en nuestras expectativas profesionales. Igualmente el Plan de Ajuste presentado por la Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y no sé qué mas de la Junta de Andalucía presentado el pasado jueves-17 de mayo al Consejo de Política Fiscal y Financiera y aprobado condicionadamente por el Ministerio de Economía, siempre que se le añadiesen otros 300 millones más al ‘recorte’.

Por estos motivos esta Comisión-Observatorio de disposiciones legislativas y/o ejecutivas entiende que no solamente no hay motivos para relajarnos por el anuncio de aplazamiento hecho el pasado viernes-25 de mayo en el sentido de posponer la aprobación del inminente Decreto desde el que se ejecutarán las medidas ya aprobadas que permitirán recortar los 2.800 millones (y, dentro del mismo, la reducción salarial a los empleados públicos de la Junta), sino que lo que cumple es intensificar la actitud de vigilancia y de denuncia, y mantener cuantas iniciativas y movilizaciones tenemos previstas frente a estos recortes ya decididos y decretados. Recortes que se seguirán presentando como necesarios para conseguir los objetivos de reducción del déficit previstos, y cuya máxima expresión sigue siendo la de conseguir la reducción de la inversión, en términos de tantos por ciento del PIB en Enseñanza y políticas educativas de un 4’9 % del PIB a un 3,9 %.

Démonos cuenta además de que en el caso —creemos que poco probable— de que se anuncie una renuncia a bajarnos el sueldo a los empleados públicos de la Junta en un 5 o un 6 %, o en el caso de que esa bajada se anuncie menor (que es otra posibilidad), esos objetivos de reducción en inversiones en Enseñanza y políticas educativas, que harían posible la antecitada reducción del 4,9 al 3,9, siguen vigentes, y que estos recortes y esta previsión de descapitalización de la enseñanza pública son la causa principal de nuestro malestar como docentes y el motivo más claro de nuestra oposición frontal como ciudadanos a estas disposiciones con las que se está malogrando lo conseguido durante tantos años y con tanto esfuerzo de tantos y tantos trabajadores en la función pública o en la generación de rentas (e impuestos) en los sectores privados: el mantenimiento de una Escuela Pública con expectativas fundamentadas de conseguir un mantenimiento y un aumento de su calidad, y la salvaguarda de un modelo de Estado que no renuncie a los logros sociales que se suponían consolidados desde la sexta década del pasado siglo con el llamado ‘Estado de bienestar’, antesala de otra forma de Estado que bien pudiera llamarse, cuando se consiga universalmente, ‘Estado social’. ¡Qué lejos no vamos quedando de tales formas de Estado y de sociedad con estas medidas! La oposición a las mismas no puede ser más justa, ni más urgente.


E. de la Comisión de Información de la Asamblea de Profesores del IES Ibn al-Baytar.


Benalmádena, a 27 de mayo de 2012.

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Educación, formación y sociedad

Siempre he entendido que la educación es algo así como el conjunto de conocimientos que debe tener una persona para estar (saber estar) en sociedad.  Esto incluye unas normas básicas de lo que antes se llamaba urbanidad o buenas costumbres y hoy llamamos convivencia: no matarás, no agredirás, no insultarás, no robarás, no quemarás contendedores, no discriminarás, etc.  Además se pide a los ciudadanos y ciudadanas que conozcan los mínimos instrumentos intelectuales que son necesarios para vivir con los demás, tales como leer, escribir (firmar sin huella digital), oír, hablar, sumar, restar, multiplicar, calcular el TAE, usar Mozilla, saber el nombre de los políticos, pintores, escritores y músicos más importantes de la provincia, la comunidad, el país, la Unión y el mundo, aparcar y algunas nociones básicas de geología, derecho, anatomía, geografía, biología, gastronomía, inglés y otras materias simplificadas.

Otra cosa es la formación, que se podría definir como acumulación de saberes de carácter avanzado en múltiples ramas del saber.  Hablamos ya de resolver ecuaciones con dos incógnitas, analizar sintácticamente subordinadas adjetivas sustantivadas, traducir la Eneida, formular química orgánica, saber la capital y la renta per cápita de Kazajistán, reconocer el aparato de Golgi a un golpe de vista, etc.

Entre estos dos conceptos se pueden dar varias combinaciones:
A) personas sin educación ni formación: desastres totales de ciudadanos, que suelen vivir en barrios muy marginales y que constituyen el ochenta por ciento de la población carcelaria. Dejaron la escuela a los doce, no sin antes robar un par de pizarras para hacer una candela. Salvo raras excepciones, estas personas surgen de familias que carecen de educación y formación desde tiempos inmemoriales.
B) personas con educación pero sin formación: ahí anda más de la mitad de la población española.  Son esas abuelitas amables que vivieron tiempos espantosos de penuria, pero que no dudan en hacerle un bizcocho o un potaje de lentejas al primero que entra por las puertas de su casa. También suelen poner a disposición de su hijos/-as, nueras/yernos, nietos/-as sus exiguas pensiones, una vez que estos han pasado a engrosar la cifras crecientes del desempleo. Son la reserva espiritual del mundo.
C) personas con educación y formación: ahí cree estar todo el mundo que ha terminado o empezado una carrera universitaria.  Son personas que van al teatro, ven la 2, leen a Zafón o a Paul Auster y pagan sus impuestos y sus cuotas a alguna ONG.  Muchos lectores de este blog se verán inlcuidos en este grupo.
D) personas con formación pero sin educación:  Se trata de individuos/-as que en muchas ocasiones parten de una situación social privilegiada y que han estudiado en Suiza o en Harvard. Visten a la última, viven en las calles más caras de las ciudades, van a la ópera bajo abrigos hechos con pieles de animales salvajes asesinados, hablan varios idiomas, pero carecen del más mínimo sentido de la solidaridad, la convivencia, la fraternidad y la decencia.  Cuentan que muchos de los jerarcas nazis eran hombres de gran formación y cultura, que escuchaban a Wagner mientras le daban a la palanca del gas.  Los dictadores argentinos lanzaban insurgentes desde los helicópteros recitando versos de Borges.
Hoy día se dedican a la bolsa y arruinan países con un control+z momentos antes de comprarse el último Van Gogh.  Ya lo dijo Serrat en aquella canción: "entre esos tipos y yo hay algo personal".

La escuela pública se encarga (o ha encargado) con mayor o menor éxito de los apartados A, B y gran parte del C.
A. de la Comisión de Comunicación
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El desprecio político al funcionariado
  FRANCISCO J. BASTIDA CATEDRÁTICO DE DERECHO CONSTITUCIONAL

 Con el funcionariado está sucediendo lo mismo que con la crisis económica. Las víctimas son presentadas como culpables y los auténticos culpables se valen de su poder para desviar responsabilidades, metiéndoles mano al bolsillo y al horario laboral de quienes inútilmente proclaman su inocencia. Aquí, con el agravante de que al ser unas víctimas selectivas, personas que trabajan para la Administración pública, el resto de la sociedad también las pone en el punto de mira, como parte de la deuda que se le ha venido encima y no como una parte más de quienes sufren la crisis. La bajada salarial y el incremento de jornada de los funcionarios se aplaude de manera inmisericorde, con la satisfecha sonrisa de los gobernantes por ver ratificada su decisión.

Detrás de todo ello hay una ignorancia supina del origen del funcionariado. Se envidia de su status -y por eso se critica- la estabilidad que ofrece en el empleo, lo cual en tiempos de paro y de precariedad laboral es comprensible; pero esta permanencia tiene su razón de ser en la garantía de independencia de la Administración respecto de quien gobierne en cada momento; una garantía que es clave en el Estado de derecho. En coherencia, se establece constitucionalmente la igualdad de acceso a la función pública, conforme al mérito y a la capacidad de los concursantes. La expresión de ganar una plaza «en propiedad» responde a la idea de que al funcionario no se le puede «expropiar» o privar de su empleo público, sino en los casos legalmente previstos y nunca por capricho del político de turno. Cierto que no pocos funcionarios consideran esa «propiedad» en términos patrimoniales y no funcionales y se apoyan en ella para un escaso rendimiento laboral, a veces con el beneplácito sindical; pero esto es corregible mediante la inspección, sin tener que alterar aquella garantía del Estado de derecho.

Los que más contribuyen al desprecio de la profesionalidad del funcionariado son los políticos cuando acceden al poder. Están tan acostumbrados a medrar en el partido a base de lealtades y sumisiones personales, que cuando llegan a gobernar no se fían de los funcionarios que se encuentran. Con frecuencia los ven como un obstáculo a sus decisiones, como burócratas que ponen objeciones y controles legales a quienes piensan que no deberían tener límites por ser representantes de la soberanía popular. En caso de conflicto, la lealtad del funcionario a la ley y a su función pública llega a interpretarse por el gobernante como una deslealtad personal hacia él e incluso como una oculta estrategia al servicio de la oposición. Para evitar tal escollo han surgido, cada vez en mayor número, los cargos de confianza al margen de la Administración y de sus tablas salariales; también se ha provocado una hipertrofia de cargos de libre designación entre funcionarios, lo que ha suscitado entre éstos un interés en alinearse políticamente para acceder a puestos relevantes, que luego tendrán como premio una consolidación del complemento salarial de alto cargo. El deseo de crear un funcionariado afín ha conducido a la intromisión directa o indirecta de los gobernantes en procesos de selección de funcionarios, influyendo en la convocatoria de plazas, la definición de sus perfiles y temarios e incluso en la composición de los tribunales. Este modo clientelar de entender la Administración, en sí mismo una corrupción, tiene mucho que ver con la corrupción económico-política conocida y con el fallo en los controles para atajarla.

Estos gobernantes de todos los colores políticos, pero sobre todo los que se tildan de liberales, son los que, tras la perversión causada por ellos mismos en la función pública, arremeten contra la tropa funcionarial, sea personal sanitario, docente o puramente administrativo. Si la crisis es general, no es comprensible que se rebaje el sueldo sólo a los funcionarios y, si lo que se quiere es gravar a los que tienen un empleo, debería ser una medida general para todos los que perciben rentas por el
trabajo sean de fuente pública o privada. Con todo, lo más sangrante no es el recorte económico en el salario del funcionario, sino el insulto personal a su dignidad. Pretender que trabaje media hora más al día no resuelve ningún problema básico ni ahorra puestos de trabajo, pero sirve para señalarle como persona poco productiva. Reducir los llamados «moscosos» o días de libre disposición -que nacieron en parte como un complemento salarial en especie ante la pérdida de poder adquisitivo- no alivia en nada a la Administración, ya que jamás se ha contratado a una persona para sustituir a quien disfruta de esos días, pues se reparte el trabajo entre los compañeros. La medida sólo sirve para crispar y desmotivar a un personal que, además de ver cómo se le rebaja su sueldo, tiene que soportar que los gobernantes lo estigmaticen como una carga para salir de la crisis. Pura demagogia para dividir a los paganos. En contraste, los políticos en el poder no renuncian a sus asesores ni a ninguno de sus generosos y múltiples emolumentos y prebendas, que en la mayoría de los casos jamás tendrían ni en la Administración ni en la empresa privada si sólo se valorasen su mérito y capacidad. Y lo grave es que no hay propósito de enmienda. No se engañen, la crisis no ha corregido los malos hábitos; todo lo más, los ha frenado por falta de financiación o, simplemente, ha forzado a practicarlos de manera más discreta.

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EN DEFENSA DE LA UNIVERSIDAD PÚBLICA.

El Ministro Wert dijo acerca de la Universidad Española lo siguiente:

Las universidades públicas españolas son muchas, caras, endogámicas, no aparecen en el listado de Shangai y presentan un fracaso escolar del 40 %.

Para afrontar este problema se va a constituir una comisión nacional para redactar una nueva Ley de Universidades, en la que se dé vía libre a la iniciativa privada.

Este Ministro miente. Veamos algunos datos y comprobaremos que casi todas sus afirmaciones son embustes:

Muchas: En EE.UU. hay 3277 universidades, más de una por cada 10000 habitantes. En España hay 72, lo que hace una por cada 640000 habitantes. Es decir, en EE.UU. hay proporcionalmente 64 veces más universidades que en España.

Caras: El coste medio de un curso universitario en España es de 6000 euros. En Estados Unidos, los costes medios son de 3 a 4 veces más elevados (eso si no contamos las universidades de prestigio): en una universidad privada 26.273 dólares y en una pública 18.520 (sólo el precio de la matrícula)

Endogámicas: Cierto. Pero hay que hacer algunas matizaciones: este es un país endogámico: un español medio muere a menos de 50 km. del sitio donde ha nacido. Un estadounidense medio cambia tres veces de ciudad a lo largo de su vida, en un país mucho más grande. Además, las universidades españolas son endogámicas porque no atraen a los mejores científicos y profesores (más bien los espantan, en muchos casos), solo a los muy vocacionales: contratar a un Premio Nobel en una universidad española es imposible.

No aparecen en el listado de Shangai: Wert, además de embustero, debe estar ciego (en algún sentido). Se ven 10 universidades españolas en el listado de Shangai de 2010: Autónoma de Madrid, Complutense de Madrid, Barcelona, Valencia, Autónoma de Barcelona, Pompeu Fabra, Politécnica de Valencia, Granada, Santiago de Compostela y Zaragoza. Ninguna de ellas privada, por cierto, todas públicas.

Fracaso escolar: si aquí es del 40%, en EE.UU. es del 44%.

Y por cierto, no explica cómo las universidades privadas podrían arreglar estos problemas. Sólo es una estrategia más para que la empresa privada saquee recursos públicos. En EE.UU., el ejemplo que tanto cita, las mejores universidades son públicas o sin ánimo de lucro y no es ese el modelo que Wert parece proponer.

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AJUSTÁNDOSE A LOS RECORTES (Toma 1)

 
Dado los recortes en la partida presupuestaria, dada mi profesión y considerando que el gobierno a pesar de todo, dice que no bajará el sueldo a los funcionarios, uno tiene que poner de su parte para ayudar (o aconsejar) a nuestro gobierno con medidas que puedan hacer que dicho recorte,sin recorte de salario, sea factible. Para ello, propongamos medidas. En primer lugar, medidas encaminadas al recorte del gasto en materia educativa:
  • Prohibido contratar a profesores interinos, para ello: prohibido enfermar, prohibido darse de baja, prohibido incapacidades temporales que obliguen a uno a ausentarse (para ello: prohibido que se mueran familiares de ningún docente o que ninguno de estos dé a luz).
  • Prohibido usar más de una tiza al día (se suprimen en su totalidad las tizas de colores así como los rotuladores Edding 6000 ya que son costosos, no reciclables y se gastan rápido)
  • Prohibido salir de excursión con el autobús(ni pensarlo, ni nombrarlo)
  • Prohibido hacer fotocopias (las fotocopias se traen de casa).
  • Prohibido usar la luz (que por cierto ahora es más cara), para ello prohibido encender los ordenadores. No pasa nada con respecto a los aires acondicionados porque hacía tiempo que no teníamos de eso.
  • Prohibido desdoblar clases, es mucho más sensatos unificarlas. Para ello podríamos subir la ratio digamos que a...hmmmm ¿50 alumnos por clase?
  • Prohibido renovar el material editorial; para ello tenemos que prohibir la entrada a los representantes de las casas editoriales a nuestros centros, que luego al final nos acaban convenciendo (pobres y manipulables docentes que somos que al primer postor nos vendemos). Otra medida encaminada a subsanar el gasto en libros de texto pasa por recopilar todos nuestros libros de texto de cuando éramos estudiantes y cederlo a nuestro alumnado. Aunque no cubra todas las necesidades, admitámoslo, tampoco ellos acostumbran todos a traer el material a clase.
Cómo bien nos ha enseñado nuestro gobierno, no todo será recortar el gasto. Hay que generar ingresos. Para ello, algunas medidas pueden ser las siguientes:
  • Poner a los niños que den más pena y que sean más absentistas a pedir por las calles. Para ello podríamos llegar a un acuerdo, nosotros les permitimos salir (cuando está prohibido) y a cambio ellos nos dan una comisión de sus ganancias. Para mejorar la eficacia de esta medida aquellos centros que presenten bachilleratos o ciclos formativos relacionados con el arte pueden poner su granito de arena para la caracterización de dicho alumnado, al tiempo que ahorramos en las prácticas de este alumnado artístico.
  • Otra medida podría ser grabar en vídeo las actuaciones más estelares del alumnado más rebelde y tratar de venderlo a alguna televisión privada. A buen seguro pronto conseguiría el gremio un espacio televisivo privado con altos índices de audiencia.
  • Otras medidas alternativas podrían ser la de amistarnos con el Clero, la Milicia y la Monarquía ya que son tres de los estamentos que menos tocadas han visto sus partidas presupuestarias. De este modo, tal vez, si les caemos bien, podríamos acabar consiguiendo un poco de limosna caritativa.
  • Ay! Se me olvidaba. Dado el incremento en las partidas presupuestarias para el Deporte y dada la falta de medios que irá en aumento en los centros de educación pública, podríamos llegar al acuerdo en cada colegio y cada instituto de poner a los chavales en casi todas las horas a hacer ejercicios físicos en el patio. Al fin y al cabo, en honor a la verdad, de qué les valdrá saber matemáticas, biología, física o historia (nótese que las pongo en minúsculas con la idea de ir denigrándolas a su ubicación de justicia). ¿De qué? Si al final tendrán que irse fuera, y al precio al que estará por entonces la gasolina, pocos lo harán. Más nos vale ir forjándolos en la rudeza de la intemperie meteorológica, así, si no consiguen ser afamados deportista de la élite patria, al menos estarán bien curtidos para soportar las insoportables condiciones laborales que a los más afortunados (los menos no trabajarán) a buen seguro les espera.
Gracias por tildarme de sensacionalista, pero no es más que un toque de sentido del humor muy envenenado ante tanta basura (por no llevar al extremo mi deseo momentáneo de poner palabras malsonantes que empañen el blog).
Profesor del IES LOS MANANTIALES 



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UNA HUELGA QUE NO SIRVE PARA NADA Y QUE NO SIRVE A NADIE

NI SIRVE PARA NADA, NI DEBE SERVIR A NADIE. UNA REFLEXIÓN SOBRE LAS DESCALIFICACIONES UTILISTARISTAS DE LA HUELGA GENERAL DE ENSEÑANZA DEL 22 DE MAYO DE 2012.


Las minipímeres sirven para hacer mahonesas, los ascensores para que nos suban a los pisos altos, los preservativos, para preservarnos de tanta cosa. Pero las huelgas…. Las huelgas, en general, y esta en particular, la de este día 22 de mayo de 2012 (Huelga General en Enseñanza: España y sus CCAA) no sirven para nada. Pero es que tampoco lo buscan (servir para algo). Tampoco sirven a nadie, aunque siempre están los que se apuntan (a servirse de ellas). Hay quien dice que esta huelga para lo único que va a ‘servir’ es para que las autoridades de las Consejerías de la Junta de Andalucía se la presenten al Gobierno Central como una prueba de la improcedencia de las medidas impuestas desde Madrid ‘para la racionalización del gasto público…’. Es posible, pero, en todo caso, esa prueba o esa buena disposición de la Junta de Andalucía para con esta huelga será solo cara a la galería, ya que los funcionarios públicos en general y los enseñantes en particular vamos a sufrir las dentelladas de los recortes desde la acción unilateral de la Junta y de su Consejería de Economía, que es la institución que ha promovido y dispuesto la reducción de un 5% del salario para todos los empleados públicos presentada el pasado jueves ante el Consejo de Política Fiscal y Financiera como contribución de la Comunidad Autónoma de Andalucía a la redacción de la inminente Ley Orgánica de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera. Por otra parte van a ser la Junta de Andalucía y la Consejería de Educación las instituciones desde las que se transija con una política presupuestaria que, en la partida del tanto por ciento del PIB  a invertir en Enseñanza, va a situar a España y a sus CCAA a la altura que están hoy día el Congo o Gambia (dicho sea con todo el respeto para estos países que invierten en enseñanza lo que pueden detraer de otras partidas destinadas a resolver problemas sociales acuciantes). Cuando se pone el ejemplo de los países que más invierten en Enseñanza y se muestran sus resultados evaluados y sus índices de crecimiento material y cultural (China, Finlandia, Corea, …) no tarda en salir el pedagogo de guardia asegurando que esto no tiene nada que ver (inversión en Enseñanza, calidad de la misma y crecimiento material y cultural). Pero a esto se puede contestar de la manera más sencilla: sí tiene que ver. Tiene mucho que ver. Y no hay por qué añadir nada más.

Pero volvamos a la huelga, a su no utilidad y a su no-servidumbre. Que las cosas sean buenas (ya saben: lo contrario de malas) y convenientes (ya saben: lo contrario de inconvenientes) no tiene porqué venir de la mano de su reconocida o reconocible utilidad. Es más, hay muchas cosas que, siendo muy útiles, no está nada claro que sean ni buenas ni convenientes. Así, por ejemplo, la inversión en fabricación y venta, o compra, de armas tienen su utilidad (en 2011 en España el gasto en equipación militar e infraestructuras de Ofensa-Defensa subió un 2,5%), pero sus efectos no son universalmente buenos; solo lo son, y en todo caso, para los aparatos militares y sus gestores. También son útiles las medidas, propuestas por el Ministerio de Sanidad, de reducir o negar prestaciones asistenciales a las personas sin sus papeles en regla, o sin papeles. Pero tampoco parece que puedan presentarse como ‘buenas’ (lo que se entiende normalmente por ‘buenas’: ya saben, lo contrario a ‘malas’). Y tantas y tantas cosas más, que podrían presentarse como ‘útiles’ o ‘hasta muy útiles’, desde la telebasura a la bomba de neutrones, pero difícilmente aceptables como ‘buenas’ o ‘convenientes’. Sin embargo hay un sector importante de este mundo poblado nuestro, el más cercano y afecto a las tesis utilitaristas y pragmatistas que informan muchas actitudes e instituciones en los USA y el UK (y en Deutschland, y en Suiza, y en el Ayuntamiento de Alhaurín de la Torre) que sí entienden que sólo lo útil es bueno. Bueno (malo).

Para este sector de nuestro poblado universo-mundo, el utilitarista-pragmatista, esta huelga, además de no servir para nada, será no-buena. Sin embargo los que estamos en huelga –algunos de los huelguistas también lo estamos contra lo sindicatos convocantes- no entendemos que sea necesario aceptar el imperativo de la utilidad o de la practicidad para justificar las acciones que uno pueda ejecutar. Algunos huelguistas, muchos de nosotros, estamos en huelga porque queremos manifestar de esta forma, que no excluye otras, nuestra firme y resuelta y frontal y sin paliativos oposición a esta política (toda huelga es un acto político, por cierto) económica y sociocultural, que nos está conduciendo al más lamentable de los anonadamientos y al más indeseable de los fracasos anunciados.

Estamos perdiendo en tres ejercicios, en tres cursos, lo que se ha ido consiguiendo y consolidando durante décadas de inversiones y esfuerzos de tantos trabajadores y de tantos y tantos ciudadanos pagadores de impuestos durante tantos años (de más de una y de dos generaciones hablamos). Nuestra huelga es una postura de fuerza, que lo es, que parte de convencimientos de orden moral y político, y de una vivencia y un entendimiento de nuestro estatuto de ciudadanos. Estamos en huelga frente al gobierno de Mariano Rajoy y sus ministros incompetentes y entreguistas. Estamos en huelga frente a la “Ley Orgánica de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera”. Estamos en huelga frente al Decreto-ley 14/2012 “de medidas urgentes de racionalización del gasto público en el ámbito educativo”. Y estamos en huelga frente a la Junta de Andalucía presidida por Alejandro Griñán, a su Consejería de Economía, y frente a su Consejería de Enseñanza, que es la que va a certificar la defunción de este cuerpo social que hasta el momento se ha llamado ‘ENSEÑANZA PÚBLICA’, y que podría además significarse como ‘de calidad’. Y nos importa un carajo que nuestra huelga ‘no sirva para nada’. En todo caso tampoco servirá a nadie.

Esta es la opinión-valoración del profesor Enrique A. Conesa, del IES Ibn al-Baytar, de Arroyo de la Miel.
22 de mayo, de 2012. Día de la huelga general de Enseñanza en España y sus CCAA.
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'Una siesta de doce años'      Carles Capdevila / Periodista.

Educar debe de ser una cosa parecida a espabilar a los niños y frenar a los adolescentes. Justo lo contrario de lo que hacemos: no es extraño ver niños de cuatro años con cochecito y chupete hablando por el móvil, ni tampoco lo es ver algunos de catorce sin hora de volver a casa. Lo hemos llamado sobreprotección, pero es la desprotección más absoluta: el niño llega al insti sin haber ido a comprar una triste barra de pan, justo cuando un amigo ya se ha pasado a la coca. Sorprende que haya tanta literatura médica y psicopedagógica para afrontar el embarazo, el parto y el primer año de vida, y que exista un vacío que llega hasta los libros de socorro para padres de adolescentes, esos que lucen títulos tan sugerentes como Mi hijo me pega o Mi hijo se droga. Los niños de entre dos y doce años no tienen quien les escriba. Desde que abandonan el pañal (¡ya era hora!) hasta que llegan las compresas (y que duren), desde que los desenganchas del chupete hasta que te hueles que se han enganchado al tabaco, los padres hacemos una cosa fantástica: descansamos. Reponemos fuerzas del estrés de haberlos parido y enseñado a andar y nos desentendemos hasta que toca irlos a buscar de madrugada a la disco. Ahora que al fin volvemos a poder dormir, y hasta que el miedo al accidente de moto nos vuelva a desvelar, hacemos una siesta educativa de diez o doce años.

Alguien se estremecerá pensando que este período es precisamente el momento clave para educarlos. Tranquilo, que por algo los llevamos a la escuela. Y si llegan inmaduros a primero de ESO que nadie sufra, allá los esperan los colegas de bachillerato que nos los sobreespabilarán en un curso y medio, máximo dos. Al modelo de padres que sobreprotege a los pequeños y abandona los adolescentes nadie los podrá acusar de haber fracasado educando a sus hijos. No lo han intentado siquiera. Los maestros hacen algo más que huelga o vacaciones, y la educación es bastante más que un problema. Pido perdón tres veces: por colocar en un título tres palabras tan cursis y pasadas de moda, por haberlo hecho para hablar de los maestros, y, sobre todo sobre todo, porque mi idea es -lo siento mucho- hablar bien de ellos. Sé que mi doble condición de padre y periodista, tan radical que sus siglas son PP, me invita a criticarlos por hacer demasiadas vacaciones (como padre) y me sugiere que hable de temas importantes, como la ley de educación (es lo mínimo que se le pide a un periodista esta semana). Pero estoy harto de que la palabra más utilizada junto a escuela sea ‘fracaso’ y delante de educación acostumbre a aparecer siempre el concepto ‘problema’, y que ‘maestro’ suela compartir titular con ‘huelga’.
La escuela hace algo más que fracasar, los maestros hacen algo más que hacer huelga (y vacaciones) y la educación es bastante más que un problema. De hecho es la única solución, pero esto nos lo tenemos muy callado, por si acaso. Mi proceso, íntimo y personal, ha sido el siguiente: empecé siendo padre, a partir de mis hijos aprendí a querer el hecho educativo, el trabajo de criarlos, de encarrilarlos, y, mira por donde, ahora aprecio a los maestros, mis cómplices. ¿Cómo no he de querer a una gente que se dedica a educar a mis hijos? Por esto me duele que se hable mal por sistema de mis queridos maestros, que no son todos los que cobran por hacerlo, claro está, sino los que son, los que suman a la profesión las tres palabras del título, los que mientras muchos padres se los imaginan en una playa de Hawái están encerrados en alguna escuela de verano, haciendo formación, buscando herramientas nuevas, métodos más adecuados.
Os deseo que aprovechéis estos días para rearmaros moralmente. Porque hace falta mucha moral para ser maestro. Moral en el sentido de los valores y moral para afrontar el día a día sin sentir el aprecio y la confianza imprescindibles. Ni los de la sociedad en general, ni los de los padres que os transferimos las criaturas pero no la autoridad. ¿Os imagináis un país que dejara su material más sensible, las criaturas, en sus años más importantes, de los cero a los dieciséis, y con la misión más decisiva, formarlos, en manos de unas personas en quienes no confía? Las leyes pasan, y las pizarras dejan de ensuciarnos los dedos de tiza para convertirse en digitales. Pero la fuerza y la influencia de un buen maestro siempre marcará la diferencia: el que es capaz de colgar la mochila de un desaliento justificado junto a las mochilas de los alumnos y, ya liberado de peso, asume de buen humor que no será recordado por lo que le toca enseñar, sino por lo que aprenderán de él.
Carles Capdevila / Periodista.

2 comentarios:

  1. Entonces...¿en qué quedamos? ¿huelga buena o huelga mala?

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  2. La huelga es una herramienta más -entre muchas otras- a la hora de reivindicar derechos y, como toda herramienta de lucha, debe ser empleada estrategicamente. De ahí que, al margen de consideraciones económicas o ideológicas, muchos duden de la eficacia de estas huelgas de un día aislado.

    Sin embargo, es innegable la función de barómetro que le asignan los medios de comunicación de masas: y por mucho que se haya intentado maquillar los resultados para minimizar el seguimiento, este ha sido muy notable.

    Lo más interesante, a mi juicio, sería superar la dicotomía "huelga sí/huelga no" y entender que la movilización en defensa de la educación pública no se define por una u otra herramienta, que ésta herramienta puede ser más o menos válida en función del contexto en que pretenda aplicarse, y que nadie debería sentirse excluído de nuestra movilización por no compartir el uso de dicha herramienta.

    Porque es mucho más lo que nos une que lo que nos separa.

    M., Coordinador de la Comisión de Comunicación

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